Con la participación y preparación activa de algunos jóvenes de las experiencias juveniles de la parroquia, se realizó este año antes de la celebración de la misa de Navidad el Nacimiento viviente, para recordar y hacer vivo el mensaje que nos trae a nuestras vidas el nacimiento de Jesús, Dios con nosotros. Dejamos algunas fotos de esta representación y agradecemos a quienes la hicieron posible. "Vamos, vayamos a Belen" Hoy es un día de júbilo. El salmista nos invita a "cantar", "anunciar", "proclamar", "tributar" "dar", "adorar". Isaías nos recuerda que Dios nos lleva en su corazón, que no somos abandonados: "a ti te llamarán ciudad deseada, no desamparada". Es momento para contemplar el misterio del Dios encarnado. Lucas nos introduce en el relato. Maria y José tienen que desplazarse de una ciudad a otra para poder empadronarse. Como muchas personas hoy, José había emigrado de su pueblo buscando mejores condiciones de vida. Pero quienes ejercen el poder tienden a abusar de los demás. Augusto Cesar quiere saber cuán grande es su dominio, no solo de territorio sino de personas. Decreta un edicto que ordena que todas las familias deben contarse en el pueblo del padre, por eso se llama empadronamiento. José y María regresan a Belén, pueblo de José. Como ellos muchas familias también regresan a Belén. Todas las posadas están llenas. María y José se hospedan en un establo y la primera cunita del niño es un pesebre; el lugar donde comen los animales. Jesús nace en estas condiciones, afectado, como todos los pobres, por la decisión de los poderosos. Nace al margen del poder del mundo. Los primeros en visitarle son los pastores, quienes recibieron la noticia de parte de los ángeles del señor. El oficio de pastor era un oficio despreciable y ser pastor era ser excluido. Los pastores representan a los excluidos del mundo. Son los primeros en recibir la buena nueva. Maria guarda todo esto en el silencio de su corazón, mientras contempla con ternura al niño Jesús, Luz de las naciones. "Vamos vayamos a Belén". P.Alfredo Infante, S.J.
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LITURGIARenovar la práctica celebrativa a través de una profundización permanente de los aspectos bíblicos y teológicos, de una adecuada inculturación de los textos y los gestos, de un convincente sentido celebrativo y festivo, de una contextualización en la realidad, de una participación más activa del laicado y un real impacto en la vida de las personas y en la asamblea litúrgica. Hacer seguimiento y acompañamiento a las expresiones religiosas propias de este ambiente cultural Categorías |